En La
Font de Mimir estamos realizando una serie de charlas temáticas alrededor de
temas y géneros literarios que creemos que pueden dar mucho de qué hablar. En
‘Més que un Club de Lectura!’ hemos hablado de cómic y manga, de ilustrado, de
género negro y, este mes de marzo, nos hemos reunido con cuatro autoras para que
nos hablen de su experiencia en el mundo literario, de cómo combinan vida y
pasión por la escritura, y sobre la diferencia entre autor y autorA.
SILVIA TARRAGÓ
Sílvia Tarragó nació en el barrio de Sant Andreu. Fue librera
durante 14 años y ahora se dedica a la escritura. Es autora de novelas,
libros de relatos y poemarios, y ha ganado premios como la XIIIa
Mostra Literària del Maresme y el I Premi de Poesia Alella a Maria Oleart. Sus
obras más recientes son la saga juvenil Top Fairies (Edebé,
2013), y la novela El tiempo de la luz (Columna y Umbriel,
2016), ambientada en las míticas galerias comerciales Avenida de la Luz.
El próximo mes de junio está prevista la publicación
de su nueva novela con Columna.
IRENE CLAVER
Irene
Claver (Sueca-Valencia, 1974) es una periodista especializada
en tendencias (moda, belleza, música, viajes, sexo y estilo de vida) que ha
trabajado en diversas revistas femeninas tanto españolas como extranjeras. En
la actualidad, también ejerce como traductora, community manager y responsable de comunicación. En el mundo
editorial, ha alcanzado una fama notable con sus numerosos libros de no
ficción, entre los que cabría destacar 66 maneras de enamorar a un
vampiro, Trendy, El gran libro de las supersticiones
y Operación Verano.
Malditos.
Bloody Fashion Victims es su primera novela.
EMILIA ILLAMOLA
Emilia
Illamola Ganduxé (Argentona, 1953), ha estado vinculada laboralmente al mundo
del libro desde 1974, primero en la librería Cap Gros, y en 1975 fue
cofundadora de Robafaves, de la que se desvinculó en 2011. Actualmente, escribe
y colabora en diversos programas de Mataró Radio.
Ha
publicado el libro Fraccions, de
prosa poética (Viena Edicions, 2012), y las novelas Joc de llunes (Nova Casa Editorial, 2014), Una certa onada (Quorum Llibres, 2015), Más allá del cielo azul (Nova Casa Editorial, 2016) y Cabrils, Sao Paulo, Barcelona. Un amor
pendent (Voliana Edicions, 2017).
Y en
breve, con Quorum Llibres publicará Encara hi ha papallones al jardí.
TERESA ROIG
Teresa Roig (Igualada,
1975) colabora en publicaciones y portales, como Naciódigital o Mammaproof, y
edita cuentos en diversos medios y recopilaciones. Después de trabajar en el
sector audiovisual, actualmente compagina la escritura con la maternidad. En 2007
debutó con L’herencia de Horst (ARA),
novela reconocida por crítica y público con el Premi Setè Cel a la mejor obra
narrativa del año. En 2009 es el turno de Pa
amb xocolata (ARA), y en 2010 gana el Premi Roc Boronat con El primer dia de les nostres vides
(Proa). En 2011 publica El blog de Lola
Pons (Columna), y en 2013 L'arquitecte
de somnis / El arquitecto de sueños
(Columna / Roca). Más recientemente ha publicado La merceria (Columna), el retrato de una familia catalana y su
negocio a lo largo de tres generaciones de mujeres.
Si
desea saber más de ella pueden consultar sus blogs:
GRISELDA MARTÍN
Griselda Martín, nacida
en el barrio del Poble Sec, es licenciada en medicina, cirugía y psicología
infantil y juvenil, así como profesora en ciencias. Combina su trabajo como
doctora con su pasión por los idiomas y la escritura.
En el
2009 publicó su primera novela Mujeres en
la sombra (Comanegra), escogida para diversas tesis en la Universidad de
Graz. Hacer de paciente no es fácil (de
médico tampoco), se publicó en 2013. Su tercera obra en solitario fue Muñecas de papel, antología ilustrada publicada
en el 2014.
Ha
colaborado en antologías, es miembro fundador del grupo Aut@rs de Cornella,
galardonados por el Ajuntament con el Premi Ciutat de Cornellà 2015 (Premi
d’Humanitats).
ENTREVISTA
IDR. ¿Por qué y desde cuándo escribes?
TR. Porque es mi forma de entender
el mundo, procesarlo, compartirlo. De vivir. Y escribo des de que tengo uso de
razón… ¡O incluso antes!
EI. Actualmente
escribir se ha convertido en un hábito, que he adquirido y deseo mantener,
porque me da entidad y me hace sentir.
Escribo desde hace mucho, pero no ha sido hasta hace
relativamente poco, en 2010, que inconscientemente me puse a ello en serio, por
así decirlo, por una inesperada necesidad creativa, ante una realidad
frustrante.
ST. Escribo porque me gusta y porque disfruto
haciéndolo. Hace muchísimo que escribo, desde niña. La pasión por la lectura me
llevó a crear mis primeros poemas y relatos breves cuando aún iba al colegio.
IC. Escribo
desde pequeña, digamos, 8-9 años. Por puro instinto y necesidad. Tengo una
personalidad creativa y escribir es mi manera de interpretar y filtrar la
realidad, de cocinarla “a mi manera”. No siempre para los demás, sino para mí.
GM. Escribo
desde muy pequeña. Publicar es otro tema. ¿Motivos? Creo que se lo debo a una
enfermedad de niña que me retuvo cerca de un año en cama. Me regalaban cuentos
que no sabía leer. Pregunté y pregunté hasta que conseguí enlazar las letras.
Los cuentos eran una ventana abierta a un mundo externo que me era negado. Sola
empecé a leer y a escribir mis propias historias.
IDR. ¿Qué es lo que más te gusta de
escribir? ¿Cómo escoges género y decides el tema de tu próxima novela?
TR. El hecho de descubrir,
disfrutar y poder traducir, pasando por mi filtro, las historias y las cosas
que aprendo, siento, pienso o imagino.
La
verdad es que yo no lo escojo, es algo que me llega. Llámalo azar, retos o la
vida misma. Cuando un tema, hecho o persona despierta mi curiosidad, investigo,
fantaseo y, si me emociona, si me cambia en algún aspecto o me aporta algo,
pues escribo sobre ello. Si no, no.
EI. Lo
que más me gusta es ese momento en que te das cuenta que has dado en el punto
exacto, ese clima, que te impulsa a empezar. Cuando ya ves la trama, imaginas
cómo evolucionará y llega esa sensación que te llena, al ver que es posible.
Escoger el género y decidir el tema, es lo que más
me cuesta. Y no sé exactamente como lo hago, ya que no soy verdaderamente
consciente de haberlo escogido en ninguna de mis novelas, a excepción, claro,
de la última, que está basada en una historia real.
ST. Me
gusta todo en general: la gestación de la idea, la documentación, la creación
de los personajes, la redacción cuando lo anterior está ya definido… Todo forma
parte de un proceso igual de emocionante. En cuanto al género, puesto que suelo
escribir novela costumbrista, por el momento no me planteo escoger otro. El
tema suele surgir, en alguna lectura, conversando o incluso viendo la tele, me
dejo llevar un poco por la intuición.
IC. La
intimidad. La reflexión personal. La risa interior y también la removida de
entrañas que supone experimentar las vidas de personajes distintos en sus
contextos, con sus miserias y felicidades. Es algo que nada ni nadie toca, solo
tú, escribiendo.
No escojo géneros. De hecho, mi “problemilla” es que
suelo mezclar algunos para poder contar lo que necesito. Digo “problemilla”
porque al marketing le gusta poder clasificar los libros para venderlos a
alguien en particular. Mis historias nacen de cabreos con la vida, de la idea
de poner cosas y personas en su lugar y reírme de todo. Y compartirlo.
GM. Escribir
es situarse en “el aquí y en el ahora” y desde ahí puedes volar a diferentes
realidades. Crear. Escribir es volar y crear. Es una necesidad para vivir.
El tema y el género no los escojo, son ideas que me
vienen y las atrapo.
IDR. ¿Puedes decirnos por qué y cómo
decides el tipo de personajes, el protagonista y la voz narrativa?
TR. Pues por intuición. Dejo que
la historia crezca dentro de mí antes de ponerme a organizarla para escribir, y
en este proceso cada uno revela su potencial y con ello su relevancia en la
historia.
EI. Me
gusta describir el interior de mis personajes femeninos, para que el lector acceda a ellos a través de
lo que piensan y de lo que sienten. Porque me parece que desde la emoción,
conecto más directamente con ellos. Y si sólo describo su apariencia física a
grandes rasgos, con pinceladas subjetivas, es porque la considero secundaria.
La voz narrativa resultante, la que se impone, es la
que con más fuerza surge, desde el interior, que a veces callando, acapara mi
atención.
ST. Intento
que mis personajes sean variados y, de algún modo, arquetípicos. El motivo es
que suelo escribir novela coral y costumbrista, con lo cual me ayudan a evocar
la época en que se sitúa la acción. El protagonista intento que sea alguien con
quien el lector empatice, porque soy algo clásica y me gusta la idea del héroe
o heroína. Por ese motivo también utilizo la voz omnisciente.
IC. Pensando
en Malditos, la voz narrativa tenía
que planear por varias décadas y ser omnisciente y también protagonista; y los
protagonistas debían crecer y estar conectados con el mundo de la moda. Así que
en este caso, ellos se adaptaron a la realidad, a la Historia de la Moda.
GM. Primero
es la idea. Pienso mucho antes de escribir, por ello a veces voy por la vida
como despistada y tropezando con todo aquello que se cruza en mi camino.
Imagino los personajes, la trama… y cuando la historia tiene forma en mi mente,
escribo un pequeño esbozo y elijo la voz narrativa que vaya mejor con lo que
quiero contar.
IDR. (Irene Claver) ¿Tus años en el mundo
del libro y del marketing te han ayudado a la hora de escribir? ¿Tienes otra
visión de la literatura?
IC. Justamente,
lo que he protegido de tanto marketing, de la aplastante exigencia de los
números, las ventas y esas cosas, es la magia de escribir. Soy consciente de
que si no vendes, no te apoyan, pero nunca he escrito para satisfacer eso, sino
a mí misma y a los que me leen. Para mí, la Literatura es algo superior. La
Literatura es Literatura, venda o no venda; con premios o sin ellos. ¿Cuántos
clásicos se murieron literalmente de hambre y nos han dejado maravillas? La
calidad es incontestable siempre. Lo demás, es puro interés.
IDR. ¿Qué crees que debe aportar la
literatura al lector? ¿Y a la sociedad?
TR. Des de mi punto de vista, un
cambio. Yo como lectora quiero que me sacudan, que me enseñen algo, que pueda maravillarme,
sorprenderme. Y como escritora intento hacer lo mismo des del otro lado de la
barrera, claro.
EI. Creo
que debe aportar conocimiento, además de información. Pero en cualquier caso,
es imprescindible que su función sea la de conectar el autor con el lector.
Aunque sea desde puntos tan distantes, que pueda parecernos sólo ficción, lo
que leamos.
Y también, considero que la literatura es una fuente
inagotable de placer y de reflexión, porque leer, me da paz. Y, dentro de esta
sociedad, o cualquier otra, creo que eso, a las personas, hombres o mujeres,
nos hace más libres.
ST. En
general, conocimiento y perspectiva acerca de otras realidades, ya que ambas
cosas nos ayudan a avanzar, nos enseñan a ser más equitativos en este mundo tan
desigual. Además de esto, al lector la
literatura ha de emocionarle, debe de vivirla.
IC. El
arte depende de la mirada de cada uno. La Literatura tiene que expandir
nuestras emociones, enseñarnos nuevas maneras de ver y sentir, entretenernos.
En definitiva, aportar, dejar poso. No cualquier cosa es Literatura, pero si lo
que lees te conmueve, estás sumando.
GM. Cada
lector buscará en un libro aquello que desee, por ello hay tantos tipos de
literatura y de escritores. Resumiendo mucho, diré que la literatura debe aportar
ilusión. Los conocimientos están en los libros de texto.
IDR. ¿Cuál es tu método?
TR. Leer mucho, escribir mucho,
trabajar mucho y disfrutar mucho... Así que mi método sería el del mucho. ;)
EI. Pues
la verdad, no lo sé muy bien. Pero de pronto, se me ocurre que en el fondo de
sea cual sea el método, hay trabajo, trabajo y más trabajo. Una y otra vez,
hasta que consigo el resultado deseado.
ST. La
disciplina. A pesar de que la mitología me encanta, no suelo esperar a las
Musas. Soy de la opinión de Picasso quien decía ‘cuando llegue la inspiración
que me encuentre trabajando’. Por eso me marco unos objetivos, de acuerdo con
mi ritmo de trabajo y mi disponibilidad, y voy trabajando de manera regular.
IC. Soy de las que tiene algo de brújula y, después, voy
alimentando la historia. Apunto en mi cuadernillo frases y escenas. Soy muy
cinematográfica, suelo ver lo que escribo con vestuario, luces y hasta guion.
Lo traslado a una línea del tiempo y a un esquema de capítulos. Trabajo fichas
de personajes. Me documento. Y cuando me pongo a escribir, pueden surgir nuevos
temas que desarrollo sobre la marcha. Como montar y desmontar muñecas rusas
(así lo definió el periodista y escritor Albert Calls).
GM. Cada libro es independiente, tienen vida propia. Hay
libros que parece que se escriban solos. Otros, en cambio, deben estar muy
estructurados. Mi método es sentarme delante de la pantalla cuando tengo la
historia en la cabeza, y ponerme a escribir. Repasar es el siguiente paso.
Cuando escribo soy una aventurera; cuando repaso, soy mi propio censor.
IDR. ¿Cuál sería tu autora de referencia?
¿Y autor?
TR. No soy de tener ídolos para
nada, pero si tuviera que decir algún nombre, como autora escogería Mercè
Rodoreda y como autor, a Goethe, por ser de las primeras lecturas que me
marcaron cuando era (más) joven.
EI. Primero
Virginia Woolf, claro, pero también Montserrat Roig. Y el autor es Rabindranath
Tagore, que descubrí cuando era adolescente, y me dejó huella.
ST. Mi
autora de referencia es Irène Némirovsky, aunque Mercè Rodoreda me fascina y mi
novela preferida es Cumbres Borrascosas,
de Emily Brönte. Mi autor preferido es Robert Graves, pero cuando era
adolescente me leí casi toda la obra de Jules Verne.
IC. Qué
pregunta más difícil. ¡Tantos! Soy muy fan de Care Santos. De Elena Ferrante
(que no sabemos si es ella o él). Emilia Pardo Bazán. Virginia Woolf. Anne
Rice. Brontë…
Y entre ellos, desde Palahniuk a Vonnegut, a
Dickens, Dumas, Cervantes, Murakami, Aleixandre, Wodehouse, Mishima, Tolkien,
Fuster, Rodoreda, etc.
GM. He
tenido muchos autores de referencia que han ido cambiando conmigo. Ni yo soy la
misma de ayer, ni tampoco lo son mis autores.
IDR.
(Griselda Martín) Como médico, ¿cómo ves el papel de la literatura? ¿Te ha
servido tu profesión a la hora de escribir? ¿Qué te ha aportado?
GM.
Yo “receto” libros. No es raro que un paciente salga
de la consulta con el título de un libro. Leer es viajar a través de la
fantasía, por la realidad de otras personas. Puede ser un antídoto a la
depresión.
Ser médico es parte de mi vida y, por supuesto que,
me ha influido en mi manera de escribir. Todo lo que hacemos nos define como
persona. También nos marca nuestra manera de contar.
IDR. ¿Creéis que la mujer tiene la obligación
de denunciar la posición femenina desde sus novelas? ¿Que la literatura debe
ser motor de agitación y cambio?
TR. Creo que ni las mujeres ni los
hombres tenemos que estar obligad@s a nada, excepto quizás a ser honest@s con
nuestro trabajo y contribuir con él a una sociedad más justa y respetuosa para
tod@s. Efectivamente, tal como decía antes, la literatura es y debe
ser un motor de cambio, pero justamente por eso siento que no debería
contribuir a perpetuar los roles femeninos/ masculinos o feministas/ machistas.
A mí no me gustan las etiquetas e intento huir de los tópicos sexistas en mis
relatos, pero por una simple cuestión de valores.
EI. En realidad, para escribir, siempre se tiene que buscar dentro de una
misma, al menos eso creo. Y es precisamente en ese gran pozo sin fondo,
interior, en donde se debe bucear, para llegar a encontrar una autenticidad que
transmitir. Y si es ésta una posición personal, de denuncia o resistencia, pues
adelante.
Aunque para mí es imprescindible que esa, digamos,
motivación no sea gratuita, sino que se sostenga, esté, dentro del relato.
ST. No me
gusta la palabra obligación, pero considero que la literatura es una excelente
manera de denunciar cualquier atropello y debe de aprovecharse. Por otro lado,
nadie como la propia mujer para dar a conocer la situación femenina, tanto en
nuestros días como en el pasado.
IC. Obligación,
nunca. Pasión, siempre. Lo que se escribe, sea como lectura o para el teatro o
los formatos audiovisuales, puede educar, cambiar mentalidades. Y eso es un
alivio y una maravilla que intentamos fomentar.
GM. Aun
siendo feminista, en literatura borraría la palabra “deber”. En mis relatos y
novelas las mujeres tienen un papel protagonista; pero lo hago porque lo siento,
no premeditado. Si se producen cambios y conseguimos que la sociedad sea más
equitativa, pues perfecto.
IDR. (Teresa Roig) Tu experiencia como
madre cambió muchas cosas en tu día a día y sigue haciéndolo. ¿Ha sido también
distinta tu experiencia a la hora de escribir? ¿Crees que tener un hijo hace
las cosas diferentes en el mundo de una mujer, o sólo son tópicos?
TR. Mi experiencia como madre ha
expandido mis horizontes hasta límites insospechados, además de darme la
oportunidad de (re)descubrir, aprender y disfrutar de un montón de cosas. Y sí,
eso ha afectado también a mi faceta como escritora también, primero con una
reducción drástica de las horas de escritura, para luego ayudarme a reorganizar
mis prioridades vitales en general... Y lo confieso: he tenido la tentación de
escribir el típico libro sobre crianza y maternidad, y también tengo cuentos
infantiles en el cajón para parar un tren (o dos) ;) Un hijo te cambia la vida,
igual que un libro... Si tú quieres. Esa es la diferencia.
IDR. (Silvia Tarragó y Emilia Illamola) Con
tu experiencia en el sector, ¿crees en la posible extinción del libro en papel?
¿Cuál crees que es el trabajo del librero? ¿Tu experiencia en librería te ha
dado otra visión del libro, te ha ayudado a la hora de escribir?
EI. No,
al menos de momento. En eso soy muy optimista. Porque creo que hay mucha gente
aún que desea tener en las manos ese objeto llamado libro porque, -aquí me
incluyo-, con el sólo hecho de tenerlo en las manos, y el pasar o doblar la
punta de la página, por ejemplo, nos permite interactuar y aislarnos: en el
tren, en el metro, en un banco del parque, en la cama, en la playa, bajo un
árbol frondoso… y eso se me hace muy difícil de hacer con una Tablet. Porque la
encuentro impersonal y fría.
Lamentablemente, para empezar, el espacio del que
disponen las librerías es limitado y ante la avalancha de autores y novedades,
los libreros se ven obligados a elegir, y con ello a arriesgarse a escoger,
constantemente, de entre los libros que les ofertan los editores.
Este sí, este no, y a menudo, se mueven por impulso,
como cualquiera de nosotros: por si recuerdan el nombre del autor, por si tiene
un libro anterior que se vendió bien, por si han leído una buena crítica, y
muchas veces, la campaña de promoción y la credibilidad del editor, es
fundamental para inclinar la balanza.
Y en este sentido, creo que el librero debe ser muy
respetuoso, estar abierto y ofrecer, más que influir, en el lector, en este
mercado que es esencialmente, de oferta. Y aquí, el librero está más informado
y como profesional, tiene la obligación de evaluar, pero ante todo, de mantener
un abanico lo más amplio posible, para dar a conocer y mantener, una buena
oferta. Por su propio bien y el de su negocio.
No sé hasta donde alcanza esa influencia que dices,
pero sí es cierto que con el tiempo, para mí, el libro se ha ido convirtiendo,
junto con los autores, en algo cotidiano, cercano, aunque no el escribir en sí.
Pero también lo es, que cuando empecé a buscar editor, ante mi sorpresa, vi que
no sabía en dónde me había metido, porque editar es muy difícil, y aunque
llevaba años oyéndolo, no lo había comprendido bien hasta ahora.
ST. Rotundamente
no. Libro y papel es un tándem con una trayectoria de milenios, y al lector aún
le cuesta disociarlo. Además, hay una parte sensitiva que se pierde si
desaparece el olor de la tinta, el tacto de la pasta vegetal… El trabajo del
librero debería ser asesorar a los lectores, porque confían mucho en él y les
gusta estar informados, a los amantes de los libros nos encanta compartir
impresiones. El problema es que los libreros se ven forzados a dedicar su
tiempo a hacer labores de almacenaje y de gestión, debido a la cantidad de
novedades que se publican. Por eso cada vez es más complicado que puedan estar
al día y que estén disponibles para orientar o conversar con sus clientes. Mi
experiencia gestionando una librería cambió por completo la idea romántica que
yo tenía sobre el mundo del libro, pero aprendí muchísimo. Me ha ayudado porque
ahora sé que es lo que quieren otros lectores, no sólo yo. Con algunos coincido
y con otros no tanto, pero eso me da una perspectiva muy valiosa.
IDR. Trabajando en prensa y radio, en
secciones culturales y especializadas, ¿cómo veis el presente y el futuro de
las autoras autóctonas? ¿Qué autoras actuales recomendarías a alguien que no
lee normalmente y cuáles recomendarías a los que ya son lectores voraces?
TR. Creo que cada vez hay más
oportunidades y canales de difusión, aunque, al mismo tiempo, también estamos
cada vez más saturados de información... Es lo que tienen las nuevas
tecnologías, que son un arma de doble filo: por un lado democratizan el
mercado, y por otro lo saturan... A veces tengo la sensación que hay más gente
escribiendo que leyendo, pero ciertamente hay nuevas voces que aparecen con
mucho potencial y merecen una (o muchas) oportunidades.
Mi
recomendación es que un@ busque y encuentre tiempo para disfrutarlo en una
librería o biblioteca y escoger según su propio criterio una lectura (o
varias). Hay muchos libros/ autores buenos, pero sobre gustos no hay nada
escrito (¡aún!).
EI. Veo
el presente y el futuro en positivo, ya que cada vez hay más actividades
relacionadas con la literatura, aunque tengo la impresión de que cada vez
tendremos que trabajar más y mejor. No nos hemos de remontar muy atrás para
recordar que apenas había clubs de lectura, y mucho menos, rutas
literarias. Y en este momento, aquí, hay
muy buenas autoras, a muchas de las cuales no se les da la importancia que se
merecen. Quizás porque es muy difícil vender en este momento, y es una lástima
que sea éste el baremo que se acostumbra a utilizar para conservarlas o
retirarlas de un catálogo editorial.
Desde mi punto de vista, descartando a las que
juegan en primera fila, las autoras autóctonas tienen un largo recorrido por
delante, ya que nos expresamos en dos lenguas, lo cual enriquece el panorama
pero encarece la producción, y en este punto, el factor promoción, marketing,
etc., que va dirigido al consumidor final, que es el lector, juegan su papel.
Creo que las aquí presentes somos una buena muestra, porque nos encontramos en
diferentes niveles.
Para alguien que no lee normalmente recomendaría el
libro A les fosques, de Maria Català
Y para las lectoras voraces Jura’m que no ho diràs a ningú, de Carme Ripoll.
ST. El
presente y el futuro de cualquier escritora no son fáciles, porque hay
muchísima competencia. Por ese motivo hay que ser muy perseverante, tener
espíritu de sacrificio, leer mucho y ser paciente, ya que es una carrera de muy
largo recorrido. La ventaja de las
autoras autóctonas es que a los lectores les gustan las historias ambientadas
en lugares conocidos y que hablen de personajes que les resulten familiares. De
las autoras actuales recomendaría a alguien que no lee normalmente a Núria
Pradas y Maria Carme Roca, porque los inicios de sus novelas son adictivos y
los temas que tratan son muy atrayentes. A las lectoras voraces les
recomendaría a Susana Hernández y Care Santos, ya que su escritura pide un poco
más de concentración.
IC. Parece
ser que los editores buscan voces femeninas para abrir nuevos horizontes y
ofrecer sus mundos. A priori, creo que por fin se les da el lugar que merecen a
muchas escritoras. Personalmente, creo que hay gente muy válida con propuestas
muy originales en formatos diferentes, como la poesía ilustrada. Un vistazo en
una librería es como llenar los pulmones a tope.
GM. Cuando
me preguntan sobre un título, respondo con otra pregunta. ¿Qué te gustaría
leer? Según la respuesta, aconsejo. En la actualidad leo sobre todo asiáticos.
Hiromi Kawakami me tiene el corazón robado. Soledad Puértolas es una gran
escritora nacional y también una gran desconocida del lector. Recomendaría
cualquier libro de ellas, pero repito que aconsejar es muy relativo.
IDR. ¿Qué libro recuerdas con especial
cariño entre tus primeras lecturas?
TR. Cartas
a un joven poeta de Rainer Maria Rilke. No es (exactamente) de
las primeras, pero hubo un antes y un después (¡y eso que me lo he leído un
montón de veces!).
EI. De
pequeña, me encantaban los libros de aventuras, y luego, de adolescente, la
literatura rusa y la francesa. Pero descubrir la literatura catalana, fue
maravilloso. Y de entre mis primeras lecturas de madurez, destacaría Mrs. Dalloway y Ramona adéu.
ST. Tom Sawyer, de Mark Twain. Cuando lo acabé estaba tan entusiasmada que se lo
recomendé a mi hermano, y a él también le encantó. Mucho más tarde, cuando ya
tenía la librería, solía recomendarlo a niños y niñas de unos 11 años con
enorme éxito. Eso confirma la universalidad de esta obra, que no sólo ha
traspasado fronteras sino generaciones.
IC. Sin
duda, La dama de las camelias, de
Alejandro Dumas hijo. Es uno de esos libros con los que creces: a los 20 lo
sentí como una historia imposible llena de hipocresías; a los 30, como una
lección de sentimientos contradictorios respecto al amor verdadero, el egoísmo,
la renuncia; a los 40 me ha enseñado que hay que ser muy valiente para amar, y
un puñetero genio para escribir de esa manera (risas).
GM. Recuerdo
los libros de Enid Blyton que devoraba en la infancia. Momo de Ende, y uno que releo de vez en cuando y, curiosamente,
siempre olvido: Mientras la ciudad duerme
de Frank Yerby. Lo recuerdo porque fue una de las primeras novelas de adulto
que leí siendo adolescente.
IDR. ¿Quién te empujó a la lectura?
TR. Yo misma, de chiquilla, con mi
curiosidad por descubrir y entender el mundo que me rodeaba y el que había más
allá de mis límites conocidos.
EI. No lo
sé bien, pero ahora, pensándolo, quizás fue el enlace natural con los cuentos
populares que me contaba mi padre, cuando era pequeña. También podía haber
influido mi carácter reservado, mi forma de ser introspectiva y el hecho que
ser hija única.
ST. Mi
madre. Siempre ha sido una gran lectora y cada año se encargaba de que los
Reyes me trajeran algún libro. Los primeros fueron los de Jules Verne y otros
de la famosa Colección Historias
Selección, de Editorial Bruguera.
IC. Mi
madre y mis excelentes profesoras de Lengua y Literatura. He tenido mentoras
impresionantes a las que tengo que agradecer mi pasión.
GM. Nadie.
Recuerdo que veía las letras y me atraían. Preguntaba sin cesar a los adultos
qué ponía en los rótulos de las calles, en las etiquetas. Como he explicado
antes, cuando enfermé, amigos y familia me traían cuentos. Fui yo quien empujé
a los demás a que me regalaran lectura.
IDR. ¿Qué géneros lees?
TR. Todo lo que se me pone a tiro y
me despierta la misma curiosidad infantil que me empujó a leer des de muy
pequeña.
EI. En
general leo de todo, pero hay momentos en que prefiero poesía o narrativa y en
éste, en comparación, leo bastante más novela policíaca, pues al estar de moda,
hay mucha oferta en el mercado.
ST. Relatos,
poesía y sobre todo novela. La que más suelo leer es la histórica o
costumbrista, y también la fantástica. Pero como me gusta variar, de vez en
cuando leo alguna de intriga, biográfica o intimista.
IC. De
todo. No ficción (biografías, historia, ensayo), poesía, clásicos, narrativa
fantástica, romántica, de terror, musical, thriller, negra…
GM. Según
las circunstancia, tanto leo realismo, realismo mágico como fantasía. Eso sí,
si una historia no me llena, no me fuerzo a acabarla. Leer es disfrutar y no
soy masoquista. Se publican obras que no entiendes como han pasado filtros.
IDR. ¿Nos puedes recomendar algún título?
TR. Pues a día de hoy os recomiendo
mi última lectura: Pura fermentación
de Sandor Ellix Katz. Y aunque del título podría deducirse que se trata de una
novela negra, es en realidad un libro de cocina y recetas de lo más
interesante... Así que ¡buen provecho!
EI. Acabo
de leer La setena funció del llenguatge, de Laurent Binet, y esa trama filosófica-político-intelectual
de los ochenta, con el trasfondo de una investigación policíaca, me ha gustado.
ST. Frankestein, de Mary W. Shelley. Una obra imprescindible que plantea temas
universales y conmueve como pocas.
IC. Usted, de
Almudena Guzmán. Poesía moderna y deliciosa, callejera y auténtica.
La trilogía de Elena Ferrante. Abrumadora en
talento.
Al sur de la
frontera, al oeste del sol, de Haruki
Murakami. O cómo transmitir emociones sin describirlas.
Matadero-5, de Kurt Vonnegut.
GM. Por
citar clásicos: Cien años de soledad
y Amor en tiempos del cólera.
El mes
que viene, el encuentro de ‘Més que un Club de Lectura!’ será sobre Editores
Independientes —con los editores de Rayo Verde, Periscopi, Jekyll&Jill,
Impedimenta, Orciny Press y l’Altra Edicions—, y en mayo charlaremos sobre
ciencia ficción, terror y bizarro.
Podéis
informaros en la librería y apuntaros a nuestras News para que os enviemos toda
la información. Las charlas son abiertas al público y gratuitas, así que no os
las perdáis.
Más reseñas y entrevistas en La Odisea del
Cuentista:
Isabel del Río
Marzo 2017
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