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viernes, 13 de mayo de 2016

Entrevista a Albert Company y Raül Jiménez, de Yulca Editorial


Albert Company
En realidad soy bastante reservado con lo que respecta a mí mismo, soy editor desde 2013, tengo estudios en Ciencias Políticas, y desde el 2000 soy miembro directivo de la Associació Catalana per la Pau, de cooperación internacional.

Raül Jiménez
Soy politólogo y periodista de formación, además de lector empedernido y bloguero. He desarrollado mi labor profesional en la Asociación para las Naciones Unidas en España, ONG de ámbito internacional, una agencia de publicidad y actualmente soy redactor en Indienauta, web dedicada a la cultura (sobre todo música independiente) donde llevo la sección de crítica literaria. Junto con mi labor en Yulca, claro.  

YULCA Editorial
Yulca nace principalmente como una editorial independiente de pensamiento crítico, ensayo sobre el mundo de hoy y también nuestra colección de clásicos del pensamiento progresista (Colección Epicuro). Tenemos un ojo puesto en lo que sucede en Europa pero otro en América Latina, nuestros títulos son un puente entre continentes para el debate de ideas.


ENTREVISTA

IDR. ¿Cómo nació Yulca Editorial? ¿Cuáles fueron sus inicios?
AC. Yulca nace como voluntad de crear un proyecto editorial donde poner al servicio mi experiencia y conocimiento de más de 15 años de compromiso social en América Latina. Aunque venía madurando la idea desde 2011, es finalmente en 2013 cuando se dan las condiciones para salir a la superficie y publicar nuestros primeros títulos.  

IDR. ¿Y los tuyos? ¿Cómo entraste en el mundo editorial? ¿Qué te motivó a meterte en la boca del lobo?
AC. Me imagino que, como todos los editores independientes, llevamos la lectura y los libros en la sangre desde pequeños y mi caso no es una excepción. Antes de empezar de lleno con el proyecto de Yulca estuve de editor de una revista electrónica de análisis político junto a unos compañeros. Como te digo, lo de Yulca era un proyecto que venía madurando desde hacía algún tiempo y, como me dijo un amigo editor argentino, me tiré al mar sin red en 2013 y aquí estoy, contento de esa decisión.
RJ. Soy una rata de “biblioteca” y lector empedernido desde siempre. Estudié políticas, humanidades y periodismo, además de tener algún “pinito” con la escritura (varios cuentos publicados), por lo que ya andaba cerca. Llevo mi propio Blog desde hace cinco años y la literatura (junto a la música y algo de cine) es uno de sus ejes. De ahí a ser redactor de Indienauta, donde llevo la sección de libros. Al ir teniendo contacto con las editoriales el gusanillo se hacía más fuerte, por lo que me decidí a cursar un máster de gestión editorial, que incluía las prácticas en Sajalín editores. Entonces apareció Albert, surgió la posibilidad de sumarme a Yulca y no tuve que pensármelo ni dos segundos.

IDR. ¿Qué eres más: lector o editor?
RJ. Todavía me considero mucho más lector. Además, por mi labor en Indienauta, siempre estoy con dos-tres lecturas a la vez (sino más).
AC. Como Raül, sigo siendo más lector, aunque mis lecturas personales no se diferencian tanto de las de editor.

IDR. Hay que ser muy valiente o muy temerario para abrir una editorial independiente hoy en día, pero más si pensamos en ensayo. ¿Por qué precisamente ese género?
AC. Creo más bien un poco temerario, nos dedicamos principalmente al ensayo por mi formación académica (Ciencias Políticas) y es el ámbito en el que me muevo con más soltura.

IDR. ¿Y por qué el cambio? ¿Qué os ha empujado a apostar por la novela negra y el thriller?
AC. Lo de apostar por la novela negra es por una pasión personal, soy un entusiasta desde adolescente del género, y casi tenía la idea desde el momento que nació Yulca. En cambio la parte de novela política, por ejemplo Los topos lo veo una evolución natural de lo que ya publicamos como ensayo.

IDR. ¿Qué te motiva a apostar por un manuscrito? ¿Y que te echa para atrás?
AC. No hay un solo motivo para apostar por un manuscrito, es un balance, en el texto de ensayo buscamos que tenga coherencia dentro de nuestro catálogo editorial, el interés y calidad en sí mismo del texto y de su autor, que ayuden a los lectores a reflexionar y entender mejor el mundo. Queremos que nos aporte a nosotros como editores para poderlo recomendar a nuestros lectores.
En novela especialmente me gusta como editor que la lectura me atrape, la construcción de los personajes y su calidad literaria. Igualmente, no podemos publicar todos los manuscritos que nos gustaría, es la parte no tan agradable de renunciar, al menos temporalmente, a publicar algunos títulos.

IDR. Y como lector: ¿qué te engancha y qué hace una obra "olvidable"?
AC. Aquellos libros que consiguen que durante un espacio de tiempo determinado no exista otra cosa más en el mundo que los personajes y la historia que estés leyendo. Eso trasciende un género o un autor, son más bien las sensaciones que me producen.
RJ. La “impostura”, a muchas obras se les nota a la legua su voluntad de sumarse al carro, a la tendencia del momento (ejemplo actual, la cantidad de autobiografías que pululan por las librerías cuyo interés es muy cuestionable). Luego, ya entrando en el terreno de los gustos más personales, el 90% de la prosa poética, o los libros “inflados”, a menudo a base de descripciones -a mi juicio innecesarias-, o digresiones espesas hacia ninguna parte. Al contrario, me engancha una voz creíble, un pulso narrativo vigoroso, o la habilidad del autor para llevarte por sus páginas cediéndote espacio y a veces el protagonismo, dejando que el lector sea quien rellene los huecos...

IDR. Corte Perfecto y En Taormina en invierno, dos obras de género, dos novelas negras, pero con tonos y autores totalmente distintos. ¿Qué hizo que os fijarais en ellas? ¿Por qué las recomendáis al lector?
AC. Precisamente queríamos dos novelas con enfoques distintos para empezar la colección de negra.
De Corte perfecto nos gustó especialmente la trama, la construcción de los personajes y la realidad social, exótica de Australia Occidental para nuestros lectores. También destaco el sentido del humor tan brit de Alan Carter. Es una novela negra clásica en el mejor sentido de la palabra que va a tener continuidad con nuevos casos del singular Cato Kwong.
En cambio de En Taormina en invierno nos gustó su estructura narrativa, su planteamiento de soft noir, donde el crimen pasa a un segundo plano para poner de relieve un contexto y un momento concreto, la hermosa villa siciliana de Taormina en invierno, lejos de los focos y la multitud del turismo veraniego,

IDR. ¿Os definiríais como una editorial de autores o de títulos?
AC. Somos más una editorial de títulos pero que vamos a tener algunos autores muy referenciados
RJ. La idea es que nos conozcan como una editorial de pensamiento crítico, pero en el área de género negro, que nos puedan asociar a determinados autores, con el tiempo.

IDR. ¿Cuál sería vuestra filosofía? ¿Qué es lo que queréis provocar?
AC. Nos gustaría que los lectores puedan reconocer nuestros títulos y les generen confianza nuestros libros. Que les gusten tanto el qué publicamos como el cómo, que intentamos pensar y cuidar título a título.
RJ. Exacto. Y con el tiempo que haya una especie de “comunidad Yulca”, asociada al pensamiento, a determinados autores de género...

IDR. Entre vuestras publicaciones, ¿cuál sería tu preferida? ¿Por qué motivo?
AC. Del ensayo quizás me quedo con uno de los recientes, Al Sur de las decisiones, de Fander Falconí, un poco desconocido todavía en España pero uno de los economistas y intelectuales más brillantes de la izquierda en Ecuador, que combina rigor académico con experiencia de gobierno (fue ministro de Exteriores). Y de la parte de literatura me quedo quizás con Corte perfecto, una novela negra redonda que me ha hecho disfrutar mucho y que ya tenemos ganas de publicar el segundo caso, que no defraudará a los lectores de Alan Carter.
RJ. Los Topos de Guillermo Thorndike. Es política-ficción de alto nivel, basada en los hechos reales de la fuga del penal de Canto Grande, Perú, por los combatientes del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Está escrita con un ritmo e intensidad trepidantes, siendo un relato de lo más atractivo, por la propia fuerza de la historia, y porque sirve para contar, de la forma más adictiva posible, un pedazo de la historia reciente del país andino.   

IDR. Si tuvieras que aconsejar a un autor que busca casa para su manuscrito, ¿qué le dirías?
RJ. Primero que tenga muy claro que el rechazo no significa menoscabo alguno de su obra, las editoriales pequeñas trabajan con presupuestos y recursos muy limitados por lo que, en la medida de lo posible, los riesgos deben limitarse. Segundo, que miren con cierto detalle el catálogo y la idiosincrasia de la editorial a la que quieren dirigirse. Y tercero, que además de la obra, añadan el máximo de información previa: sobre ellos, la manera de gestar el manuscrito, su tema/s… facilitar el trabajo al editor, en definitiva.
AC. Me reafirmo en lo que dice Raül, que crean en su obra, por mi experiencia, la calidad no es el principal del motivo de rechazar el manuscrito. En Yulca publicamos unos 8 títulos por año, y debemos publicar y hacer crecer nuestras colecciones con lo cual, por ejemplo, tenemos limitaciones en los títulos que publicamos de cada temática.

IDR. ¿Nos recomiendas alguna de vuestras novedades?
AC. Claro, estoy muy contento de nuestra próxima novedad, que ya hemos anunciado en redes, se trata de una selección de 20 artículos y una conferencia de Jean Jaurés, prácticamente desconocido por el lector en castellano, pero una de las figuras más importantes del socialismo/comunismo en Europa, de la talla de Antonio Gramsci en Italia o Rosa Luxemburgo en Alemania.
RJ. Negra Corte Perfecto, que la verdad es que está cosechando críticas muy positivas y aúna intriga, sentido del humor y una más que estimulante perspectiva social y económica de la Australia occidental actual. En la parte de ensayo político, este comienzo de 2016 nos coinciden, entre novedades y reediciones, tres de los pensadores socialistas/comunistas más fundamentales de la historia de Europa: Jaurés, Gramsci y Marx. Así que hay donde elegir.

IDR. Uno de las mayores dificultades en el mundo editorial es hacer llegar la obra al lector, hacerla visible. ¿Cómo encaráis el tema de la promoción?
RJ. Cada vez damos más importancia a las redes sociales, intentando ser más activos y así fomentar el conocimiento sobre la editorial. También queremos, dentro de nuestras posibilidades, claro, poder ofrecer más actividades (presentaciones, participación en ferias, festivales). Y estamos explorando la posibilidad de “fidelizar” al lector mediante su suscripción al “Club Yulca”. Pensamos que al ser una editorial dedicada al ensayo político y al género negro, podemos encontrar un tipo de lector que se “vincule”, se identifique con nosotros. Ese es el reto.

IDR. ¿Qué papel dirías que juegan los canales tradicionales y las redes sociales en la visibilidad y venta de las obras? ¿Y las librerías?
AC. Creemos firmemente en el papel de las librerías, y para el 2016 tenemos el reto de alimentar nuestra complicidad con ellas, especialmente con las independientes. Respecto a los canales tradicionales, no renunciamos a ellos pero somos conscientes de que los grandes grupos parten con ventaja, aunque estamos esperanzados de las críticas que nuestros libros están teniendo en medios tradicionales y no tan tradicionales. Las redes sociales nos ayudan también en esa proximidad y esa complicidad que de otro modo sería más difícil para una editorial como la nuestra, tanto con lectores, librerías y medios.
RJ. Para una editorial pequeña, independiente, todo suma. Las redes sociales debido a que nos permiten hacer promoción sin demasiados costes (de otra forma no podríamos tener dicha promoción). Los libreros porque deben convertirse en nuestros aliados principales. El boca-oreja que puede lograr el librero, que de hecho surge normalmente a partir de él, es clave para una editorial independiente.

IDR. En vuestro caso, tratándose de una editorial especializada en ensayo político y social, ¿cuál crees que es el papel de la literatura en nuestra sociedad y qué crees que está pasando actualmente con la cultura? ¿Hasta dónde llegaremos?
AC. Aunque Yulca somos una editorial de Barcelona tengo la suerte de poder contrastar distintas realidades, no solo la de Catalunya y España, también de muchos países latinoamericanos, con realidades sociales y políticas muy distintas entre ellas. No entiendo la cultura solamente como actividad cultural, incluyendo el mundo del libro, la cultura no es una expresión separada de la realidad social, política y económica de un país, al final, entender esas realidades diferentes que te cuento son una de las motivaciones importantes y que dan sentido a una editorial como Yulca.
RJ. Bueno, creo que la labor que podamos hacer, modestamente, al menos es el primer paso necesario para fomentar la cultura, el conocimiento, la solidaridad, el compromiso y, también la memoria. Al publicar los libros del área de ensayo político ponemos a disposición del ciudadano obras que reflejan otras formas de pensar, otras experiencias históricas. Pero también la literatura puede ofrecer ese aspecto, además de entretener al lector, podemos ser un estímulo. Por ejemplo, en el caso de Corte Perfecto, además de una novela negra perfectamente construida y con gran ritmo, muestra una realidad sociopolítica y económica de una zona de Australia seguramente desconocida aquí. Creo que ese es un rol al que no debemos renunciar.

IDR. ¿Crees en eso que dicen de que el mundo editorial está en peligro de extinción?
RJ. No, para nada. En todo caso está necesitado de redefinirse y tener un tamaño más lógico, más acorde a lo que se lee en este país.
AC. Si fuera así, merecería una reflexión profunda como sociedad, particularmente me preocupa más la tendencia a la concentración editorial.

IDR. Como lector, ¿cuál es tu género preferido?
AC. Aunque soy principalmente lector de ensayo, si tengo que elegir género me quedo con la novela negra.
RJ. Soy defensor a ultranza de los relatos. La novela de tipo realista. Soy muy pro-norteamericano en lo que se refiere a literatura.

IDR. ¿Quién te introdujo en la lectura?
AC. La escuela y mis padres a partes iguales.
RJ. Mi padre, sin duda.

IDR. ¿Cuál es el primer título que recuerdas que te marcara especialmente?
AC. De pequeño leía muchos cómics, recuerdo especialmente Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas y El guardián entre el centeno de J.D. Salinger de adolescente.
RJ. Dos fueron claves en mi adolescencia: En el camino de Jack Kerouac y El Gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald. Ahí empezó todo.

IDR. ¿Qué estás leyendo actualmente?
AC. Por trabajo estoy leyendo un thriller político de un escritor chileno y un ensayo sobre los tupamaros de Uruguay. De lectura personal voy a empezar Tiempos de hielos de Fred Vargas.
RJ. Ahora mismo estoy leyendo Reportero de David Remnick, una fantástica antología de artículos del director del New Yorker, Y acabo de comenzar Los impunes de Richard Price y El amante de las cicatrices de Harry Crews.

IDR. ¿Nos recomiendas un título?
AC. Si me tengo que quedar con uno Por el bien del imperio de Josep Fontana (2011, Pasado y Presente).
RJ. ¿Uno sólo? Cito tres de mis favoritos del año pasado: Nada que esperar de Tom Kromer, Éxodo de DJ Stalingrad y Los Taqwacores de Michael Muhammad Knight.

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Isabel del Río


Enero 2016

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